martes, 7 de enero de 2020

el lapso de una noche





   Una vez un hombre fue atrapado robando y por orden del rey se lo condenó a la horca. En camino al patíbulo este hombre dijo al encargado que él conocía un maravilloso secreto y que sería una lástima dejar que muriera con él y que le gustaría revelárselo al rey. Él podía poner una semilla de granada en el suelo y por el secreto que le había enseñado su padre, hacer que crezca y dé fruto en el lapso de una noche. El ladrón fue llevado ante el rey y en la mañana el rey, acompañado por los altos funcionarios de estado, fueron al lugar donde el ladrón esperaba por ellos. Allí el ladrón cavó un agujero y dijo, "Esta semilla debe ser colocada en el suelo solamente por un hombre quien nunca haya robado o tomado algo que no le perteneciera. Siendo yo un ladrón no puedo hacerlo." Así que se dirigió al Visir quien, alarmado, dijo que en sus días de juventud se había quedado con algo que no le pertenecía. El tesorero dijo que, al lidiar con tan grandes sumas de dinero, podría haber ingresado de más o de menos, e incluso el rey admitió haberse guardado un collar de su padre. El ladrón dijo entonces, "Todos ustedes son grandes y poderosos y nada les falta y aún así no pueden plantar la semilla, mientras que yo, que he robado un poco porque estaba hambriento, voy a ser colgado." El rey, complacido con el ardid del ladrón, lo perdonó.


















'El pillo sabio' / 'The wise rogue'
en "A Treasury of Jewish Folklore"
comp. Nathan Ausubel
ed. Crown Publishers (1958)

versión: R. M. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario