hoy esperaba
demasiado
pero no vino nadie
*
aujourd'hui je m'attendais
trop
mais personne n'est venu
en "puesto que soy esa zarza"
Henri Meschonnic
trad. Hugo Savino
ed. Leviatán (2008)
hoy esperaba
demasiado
pero no vino nadie
*
aujourd'hui je m'attendais
trop
mais personne n'est venu
en "puesto que soy esa zarza"
Henri Meschonnic
trad. Hugo Savino
ed. Leviatán (2008)
Y los cisnes aedos del dios, que ya habían dejado atrás el Pactolo de Meonia, le celebraron con su canto sobrevolando siete veces en círculos sobre Delos; de este modo las aves de las musas, las más melodiosas entre las que son capaces de volar, cantaron sobre el lugar del parto (de aquí que el niño atara, luego, a la lira tantas cuerdas como veces los cisnes cantaron sobre las labores del parto). Y ya no cantaron una octava vez, pues el niño salió del vientre, y las ninfas Delíades –estirpe de un antiguo río– entonaron con voz profunda la melodía sagrada de Ilitía, y al instante el éter broncíneo respondió con una sonora exclamación de alegría, y ni siquiera Hera se vengó, pues Zeus extrajo la ira (de la diosa). Doradas se volvieron, entonces, todas tus raíces, Delos; doradas corrían continuamente las aguas de tu laguna circular; dorado brotó un retoño de olivo recién nacido, y dorado rebosaba el cauce profundo y zigzagueante del Inopo.
'nacimiento de Apolo' (fragmento)
de 'A Delos'
en "Himnos"
Calímaco
trad. Diego Honorato Errázuriz
ed. Cátedra (2019)
Xiang zi de Zhao emprendió una cacería, acompañado de cien mil hombres, por Zhong shan. Se provocó un incendio en el bosque, dando fuego a la maleza, y las llamas se extendieron a lo largo de cien li. De pronto, un hombre salió de entre unas rocas; subía y bajaba junto con el humo y las chispas. Todos pensaron que era un gui. Cuando el fuego se extinguió apareció el hombre tranquilamente, como si nada hubiera pasado.
Xiang zi estaba asombrado. Retuvo al hombre y le observó con atención. Pues bien, tenía la forma y las características corporales de un ser humano, respiraba y hablaba como un hombre. Xiang zi le preguntó: "¿Cuál es el dao que te permite sobrevivir en las rocas y penetrar en el fuego?" El hombre le contestó: "¿A qué llamas tú rocas? ¿A qué llamas fuego?" Xiang zi le dijo: "Rocas son el lugar del que acabas de salir; y fuego, lo que has atravesado." El hombre dijo: "Yo no sé nada de eso."
El marqués Wen de Wei oyó hablar del suceso, y consultó con Zi Xia: "¿Qué clase de hombre era ése?" Zi Xia le respondió: "Según las palabras que Shang (él mismo) oyó a su maestro, aquel que alcanza la perfecta armonía se identifica totalmente con los seres, de manera que éstos no pueden ya herirle ni rechazarle. Desde ese momento puede atravesar los metales y las piedras y marchar por el agua y el fuego."
El marqués Wen volvió a preguntar: "¿Por qué no hacéis vos lo mismo?" Zi Xia le contestó: "Shang todavía no es capaz de deshacerse de su mente y de anular su inteligencia. Pero como tenemos tiempo, podemos tratar de esa cuestión." El marqués dijo: "¿Por qué vuestro maestro no ha llegado a ese estado?" Zi Xia le razonó: "Mi maestro podía llegar, pero también podía renunciar a él."
Al marqués Wen le agradó sobremanera la respuesta.
de 'Huang Di: El Emperador Amarillo'
en "Lie Zi - El libro de la perfecta vacuidad"
Lie Zi
trad. Iñaki Preciado
ed. Kairós (1987)
Dang Kiang Aing – Dang Kiang Aing
ola, ola
ven como montaña y fluye cual arroyo
no nos lastimes, mas ¿puedes vernos?
¿Engullirnos y devolvernos como maderos flotantes?
¿Escuchas eso?
Dang Kiang Aing – Dang Kiang Aing
poema tradicional de Nueva Guinea
traducido al inglés por Mozak Johnson
en "Home of man: The people of New Guinea"
Paul Cox & Ulli Beier
ed. Nelson (1971)
versión R.M.