sábado, 11 de enero de 2025

como si nada

 




   Xiang zi de Zhao emprendió una cacería, acompañado de cien mil hombres, por Zhong shan. Se provocó un incendio en el bosque, dando fuego a la maleza, y las llamas se extendieron a lo largo de cien li. De pronto, un hombre salió de entre unas rocas; subía y bajaba junto con el humo y las chispas. Todos pensaron que era un gui. Cuando el fuego se extinguió apareció el hombre tranquilamente, como si nada hubiera pasado. 

   Xiang zi estaba asombrado. Retuvo al hombre y le observó con atención. Pues bien, tenía la forma y las características corporales de un ser humano, respiraba y hablaba como un hombre. Xiang zi le preguntó: "¿Cuál es el dao que te permite sobrevivir en las rocas y penetrar en el fuego?" El hombre le contestó: "¿A qué llamas tú rocas? ¿A qué llamas fuego?" Xiang zi le dijo: "Rocas son el lugar del que acabas de salir; y fuego, lo que has atravesado." El hombre dijo: "Yo no sé nada de eso."

   El marqués Wen de Wei oyó hablar del suceso, y consultó con Zi Xia: "¿Qué clase de hombre era ése?" Zi Xia le respondió: "Según las palabras que Shang (él mismo) oyó a su maestro, aquel que alcanza la perfecta armonía se identifica totalmente con los seres, de manera que éstos no pueden ya herirle ni rechazarle. Desde ese momento puede atravesar los metales y las piedras y marchar por el agua y el fuego."

   El marqués Wen volvió a preguntar: "¿Por qué no hacéis vos lo mismo?" Zi Xia le contestó: "Shang todavía no es capaz de deshacerse de su mente y de anular su inteligencia. Pero como tenemos tiempo, podemos tratar de esa cuestión." El marqués dijo: "¿Por qué vuestro maestro no ha llegado a ese estado?" Zi Xia le razonó: "Mi maestro podía llegar, pero también podía renunciar a él."

   Al marqués Wen le agradó sobremanera la respuesta. 








de 'Huang Di: El Emperador Amarillo'

en "Lie Zi - El libro de la perfecta vacuidad"

Lie Zi

trad. Iñaki Preciado

ed. Kairós (1987)




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