domingo, 19 de octubre de 2025

excesiva penumbra

 





   En el momento en que todavía no llega la luz inmortal ni hay excesiva penumbra, sino que a la noche se mezcla una ligera claridad –lo que llaman media luz los que se despiertan–, entonces alcanzaron el puerto de Tinias, fatigados por su mucho esfuerzo, y echaron pie a tierra.

   Y el hijo de Leto, que ascendía desde la lejana Licia hacia el pueblo infinito de los hombres hiperbóreos, se les apareció. Dorados bucles, arracimados a uno y otro lado de sus mejillas, se agitaban a su paso. En la mano izquierda llevaba el arco de plata, y a su espalda colgaba de sus hombros la aljaba. Bajo sus pies se agitaba la isla entera, y chascaban las olas contra la tierra firme. Al vislumbrarlo se apoderó de ellos un incontenible pasmo (thámbos amēchanon), y ninguno se atrevió a mirar de frente hacia los hermosos ojos del dios, y se pararon bajando la vista hacia el suelo. Mientras él, lejos, marchaba por el aire hacia el alta mar.










de 'El viaje de los argonautas' (fragmento)

Apolonio de Rodas

trad. Carlos García Gual

ed. Alianza (1987)

No hay comentarios:

Publicar un comentario