Manucher, el rey triunfador, soberano de todos los confines, les dijo:
–Mantened en secreto cuanto habéis dicho.
Después llamó a Zal para hablar con él de cosas reservadas. Y dijo a los sabios que le plantearan algunos enigmas eternos.
Se reunieron, pues, con Zal los videntes, los grandes conocedores y los más famosos magos. Un sabio inteligente y experto empezó el diálogo. Dijo a Zal:
–Hay doce altos cipreses llenos de vigor y frescura. En cada uno han brotado treinta ramas que son iguales en este número.
Otro mago le dijo:
–Oh, héroe, hay dos caballos valiosos y veloces. Uno de ellos es oscuro como el mar negro, el otro es como el cristal blanco. Los dos se mueven y lo hacen con velocidad, pero no se alcanzan uno al otro.
El tercer sabio añadió:
–Hay treinta jinetes desfilando ante el rey. Cuando se cuentan, falta uno, pero si uno se fija en ellos están los treinta.
de 'Los magos' (fragmento), perteneciente a 'La historia de Zal'
en "El libro de los reyes"
Firdusi
trad. Clara Janés y Ahmad Taheri
ed. Alianza (2015)
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