Si el calor que nosotros sentimos en la baja región procediera del centro del sol, según la opinión común, este calor dominaría las demás cualidades que están en él, las corrompería, y el compuesto se destruiría, como sucede con los compuestos naturales, en los cuales una de las cualidades elementarias predomina por encima de las demás, y no sería eterno. El sol es un compuesto de cualidades iguales como el oro, en el que no predomina ninguna cualidad, y el calor que nos comunica procede de su influencia, y esta influencia no es dada sino por medio de su movimiento, igual que todo macho proyecta la suya por su movimiento natural o violento.
del 'Coloquio X' (fragmento)
en "El piloto de la onda viva"
Mathurin E. de Martineau
trad. Núria García i Amat
ed. Indigo (1997)
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