«¡Honor al Príncipe bajo su nombre! La condición del hombre es oscura. Y algunos manifiestan excelencia. En las tardes de gran sequía sobre la tierra, he escuchado hablar de ti de este lado del mundo y la alabanza no era flaca. Tu nombre arroja la sombra de un gran árbol. Hablo de él a los hombres de polvo, sobre las rutas, y con él se refrescan.
«Aún he de decirte esto:
«Me he enterado de tu mensaje. Y la amistad es agradecida, como un presente de hojas olorosas: mi corazón se refresca con ella... Como el viento del Nor-Oeste, cuando empuja el agua de mar muy adentro río arriba (y para hallar agua potable hay que remontar el curso de los afluentes), una fortuna idéntica me conduce hasta ti. Y me apresuraré, mascando la hoja estimulante»
de 'La gloria de los reyes - III' (fragmento)
en "Canto para un equinoccio"
Saint John Perse
trad. Luis Miguel Isava
ed. Monte Avila (1991)
No hay comentarios:
Publicar un comentario