El Sol sale y se pone, la Luna crece y mengua, los polos giran y las estrellas brillan en el firmamento. La primavera da nacimiento y el otoño mata; en el verano se recolecta y en el invierno se guarda. Los mares se desecan y emergen las rocas. Las dinastías cambian y las eras pasan. El triple mundo del cielo, la tierra y la humanidad, el centro de los tres dominios, es fluctuante, y en él, las cosas crecen y desaparecen, alternan su plenitud y su vacío con incontables cambios y transformaciones incesantes. Y sin embargo, todo ello forma una sola cosa, un sistema completo, en el que los opuestos tienden al equilibrio desde el desequilibrio, y nutren a éste con el primero, produciendo un movimiento armonioso y regular.
fragmento de "La Puerta del Dragón"
Chen Kaiguo y Zheng Shunchao
versión de Thomas Cleary
trad. Mariano José Vázquez Alonso
ed. Edaf (1997)
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