–Así que dime si estás dispuesto a obedecerme y acompañarme a la ciudad de Fas y Meknás, donde radica el tesoro, y luego que lo hallemos te daré cuanto me pidieras y serás en adelante mi hermano como de mi sangre bajo la fe de Alá y a tu país tornarás con el corazón exento para siempre de toda inquietud y pesar.
–No.
–¡Maldito hijo de serpiente y de una cerda sin narices! ¿Y qué haremos ahora en todas las páginas que faltan?
'Noches árabes'
Ana María Shua
en 'Botánica del Caos'
ed. Sudamericana (2000)
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