domingo, 1 de enero de 2017

el pago






   Y Baranoir se fue a la mañana siguiente, no sabiendo qué camino seguir o adónde ir. Viajó durante largo tiempo hasta que vió en la carretera a cuatro hombres, con un ataúd entre ellos. Otros cuatro hombres se les habían adelantado, y cada vez que los primeros cuatro trataban de avanzar, los otros cuatro se abalanzaban sobre ellos y les daban una tunda.
   –¿Por qué obráis así? –preguntó Baranoir– ¿Por qué detenéis a esos hombres que llevan el ataúd?
   Uno del segundo grupo de cuatro, respondió:
   –El hombre que está muerto en ese ataúd nos debe cinco monedas de oro y no dejaremos que sea sepultado hasta que nos paguen el dinero.
   –¿Os daréis por satisfechos si paga otro en vez del difunto?
   –¡Tanto nos da! –dijo el hombre–. Lo que nos importa es cobrarnos.
   Baranoir les pagó a los cuatro desconocidos, que se marcharon y les dejaron a los otros cuatro el ataúd. El hijo del rey siguió su viaje sin dinero, porque las cinco monedas de oro eran todo lo que tenía. Caminó y caminó, recorriendo su itinerario lo mejor posible un día y otro día, hasta que llegó a un río donde vió a un hombre pescando. Baranoir le preguntó si podía prestarle su caña para tratar de obtener pesca, porque tenía hambre.
   –¿Por qué no? –dijo el pescador, dándole la caña.





















'Baranoir, el hijo del rey de Erín y la hija del rey bajo la ola' (fragmento)
en " Cuentos populares y leyendas de Irlanda"
trad. León Mirlas
ed. Espasa-Calpe (1946)

No hay comentarios:

Publicar un comentario