Nunca más, encantados, Orfeo, los riscos, los árboles
conducirás, ni los libres tropeles de fieras.
Nunca más el bramar de los vientos calmarás, ni el granizo,
las rachas de nieves y lluvias, ni el mar estruendoso.
Pues te han muerto. Deploráronte mucho las hijas de la Memoria,
y en extremo tu madre Calíope.
¿Qué plañimos por hijos difuntos, cuando ni aun los dioses
tienen el poder de librar a los suyos del Hades?
de 'Antología Palatina 7. 8'
citado en "Orfeo y la religión griega"
W. K. C. Guthrie
trad. Juan Valmard
ed. Eudeba (1970)
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