domingo, 10 de enero de 2016

el fundidor





ESCENA SEPTIMA

Otro lugar del páramo.


   PEER GYNT.–(Cantando.)

¡Un sepulturero, un sepulturero! ¿Por dónde andáis perros?
Un canto como un balido en boca de sacristanes...
Rodeado el sombrero, una cinta de luto.
Tengo muchos muertos, y he de acompañaros.

(El Fundidor de botones, con una caja de herramientas y un gran cazo de fundir, llega por un camino lateral.)
   EL FUNDIDOR.–¡Bien hallado, anciano!
   PEER GYNT.–¡Buenas noches, amigo!
   EL FUNDIDOR.–¿Llevas prisa? ¿A dónde vas?
   PEER GYNT.–A unos funerales.
   EL FUNDIDOR.–¡Ah!, ¿sí? No lo veo claro... Perdona, ¿No te llamas Peer Gynt?
   PEER GYNT.–Peer Gynt me llaman.
   EL FUNDIDOR.–¡Esto sí que es suerte! ¡Precisamente a Peer Gynt tenía que buscar yo esta noche!
   PEER GYNT.–¿De veras? ¿Qué quieres?
   EL FUNDIDOR.–Como ves, soy fundidor. Has de entrar en mi cazo. 
   PEER GYNT.–¿Y qué voy a hacer yo en tu cazo?
   EL FUNDIDOR.–Vas a ser fundido de nuevo.
   PEER GYNT.–¿Fundido?
   EL FUNDIDOR.–He aquí el cazo limpio y vacío. Tu fosa está cavada; ya se ha encargado tu ataúd. En tu cuerpo de darán los gusanos un festín opíparo. Pero yo tengo orden del maestro de llevarme sin tardanza tu alma.
   PEER GYNT.–¡No es posible! Así, sin avisar...
   EL FUNDIDOR.–Ya es una vieja regla establecida, tratándose de funerales y bautizos, designar en secreto el día del festejo, sin avisar al invitado de honor.
   PEER GYNT.–Sí, es verdad. Todo da vueltas en mi cerebro. ¿Así, pues, tú eres?...
   EL FUNDIDOR.–Ya lo has oído: fundidor.















Henrik Ibsen (1828-1906)
fragmento de 'Peer Gynt'
en "Peer Gynt - Hedda Gabler"
trad. J. Alvarez
ed. Hyspamérica (1985)



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