La muy gentil avanzaba como la aurora se presenta separándose de oscuros nubarrones. Entonces se liberó de grandes torturas el que tanto tiempo la llevaba prendida en su corazón. Ahora veía, majestuosa, delante de sí, a la bien amada.
-Sigfrido contempla por primera vez a Krimilda-
en "Cantar de los Nibelungos"
trad. Emilio Lorenzo Criado
ed. Catedra (1998)
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