miércoles, 11 de diciembre de 2019

afilados pedruscos







   Las aguas de la fe
alguna vez también las costas rodearon
como una clara túnica plegada. 
Pero ahora sólo oigo 
su largo y melancólico rugido
al retirarse, al hálito 
del viento de la noche, desnudando 
los tristes y afilados pedruscos de la tierra.


   Ah, amor, ¡seamos siempre fieles! 
Pues el mundo
que parece extenderse ante nosotros 
como un país de sueños,
tan diverso, tan nuevo, tan hermoso,
no tiene realmente luz, amor o alegría,
verdad o paz, o alivio de amarguras.
Aquí estamos. Como en un llano oscuro
con alarmas confusas de luchas y de huidas,
donde ejércitos ciegos se acometen de noche.




















el fragmento de 'La bahía de Dover' que Montag 
lee a su mujer y sus amigas en "Fahrenheit 451"
trad. Francisco Abelenda
ed. Minotauro (1982)

No hay comentarios:

Publicar un comentario