miércoles, 4 de diciembre de 2019

por el olor






   En el Atharvaveda se dice que Tierra «tiene las rodillas negras» como un niño que juega, pero por otros motivos: porque se las ha lamido la llama, porque la Tierra está «cubierta de fuego». Si se cierran los ojos, ¿cómo se reconoce a Tierra? Por el olor. Es el mismo perfume que le ha tocado en suerte a los Genios y a las Ninfas, a los Gandharva y a las Apsaras. Quien invoca a la Tierra quiere también adquirir ese perfume. Es un perfume ligado a memorias remotas: «Tu olor, que ha penetrado en el loto, el olor que a las bodas de Sûryã han llevado consigo los dioses inmortales, oh Tierra, ese olor primitivo, hace que yo esté completamente perfumado.» El olor de Tierra evoca uno de los momentos más felices en la vida de los dioses, cuando Sûryã, hija del Sol, fue desposada por el rey Soma. Ese olor de Tierra, Bhūmi, no envolvía sólo a Sûryã, sino a todo esplendor de muchacha: «Ese olor tuyo que está en los seres humanos, femenino o masculino, que es su suerte, su placer, que está en los caballos, en los guerreros, en los animales salvajes y en los elefantes, el esplendor, oh Tierra, que está en la muchacha, nos inunda también a nosotros, ¡que nadie desee nuestra desgracia!»



















de 'Erótica védica' (fragmento)
en "El ardor"
Roberto Calasso
trad. Edgardo Dobry
ed. Anagrama (2016)

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