(...) Yo he sido expulsado una y otra vez del país de Lu. En el país Sung cortaron el árbol que me había cobijado. En Wei tuve que borrar mis huellas. En Shang de los Chou estuve en situación desesperada. Fui sitiado en los confines de Ch'en y Ts'ai. He sufrido tantas desgracias. (...) ¿Por qué todo esto?
Sang Hu le contestó: ¿Sólo su merced no ha oído hablar cómo, cuando pereció el Estado de los Chia, Lin Hui se desprendió de jades que valían mil monedas y se escapó cargando sobre sus espaldas a su tierno hijo? Hubo quien le dijera que como riqueza el tierno niño valía bien poca cosa y en cambio para estorbo el de un niño era mucho. ¿Por qué, pues, se desprendió de los jades que valían mil monedas y huyó cargándose con el niño? Lin Hui contestó: A aquellos me unía el interés, a éste estoy vinculado por el Cielo. De aquello a que nos une solo el interés de la riqueza, nos desprendemos cuando arrecian las dificultades y las calamidades; en cambio con los que estamos vinculados por el Cielo nos juntamos más cuando arrecian las dificultades y las calamidades. Desprenderse y juntarse son los dos extremos más distantes.
de "Chuang - tzu"
trad. Carmelo Elorduy
ed. Monte Avila (1984)
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