sábado, 15 de enero de 2022

negro río

 

 

   El rey era un hombre que el mundo miraba con respeto. Su sonrisa era dulce como el trébol, pero su alma era del tamaño de una arveja. Tenía dos hijos, pero quería más al menor y temía al mayor. Una vez el tambor sonó en el alba, antes de que rayara el día y el rey salió a caballo con sus dos hijos y una bizarra escolta detrás. Cabalgaron dos horas y llegaron al pie de un pardo monte que era muy escarpado. 

   –¿Dónde cabalgamos? –dijo el mayor.

   –Sobre este pardo monte –dijo el rey con una sonrisa.

   –Mi padre sabe lo que hace –dijo el menor.

   Y cabalgaron dos horas más y llegaron a las orillas de un negro río que era asombrosamente hondo. 

   –¿Dónde cabalgamos? –preguntó el mayor.

   –Sobre este negro río –dijo el rey con una sonrisa.

   –Mi padre sabe lo que hace.

   Y cabalgaron todo aquel día y a la hora de la puesta del sol llegaron a las orillas de un lago, donde había un alcázar. 









de 'La piedra de toque' (fragmento)

en "Fábulas"

Robert Louis Stevenson

trad. Roberto Alifano y Jorge Luis Borges

ed. Legasa (1983)

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