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Me dieron el cuerpo - ¿qué hago con él
tan unido, tan mío, tan fiel?
¿A quién agradecer la alegría silenciosa,
díganme, de vivir y respirar?
Yo soy jardinero y también soy flor,
no estoy solo en la prisión del mundo.
En el cristal de la eternidad se ha posado
mi aliento cálido,
e imprime en él un diseño
irreconocible al poco tiempo.
Ojalá fluya lo empañado del instante
y el dibujo querido no se borre.
Osip Mandelstam (1891-1938)
versión: Ricardo Messina
a partir de las traducciones de
Victor Toledo y Aquilino Duque
imagen: restauración de "el recolector de azafrán"
palacio de Knossos
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