lunes, 15 de diciembre de 2014

alchimia I










   Con lo que acabo de decir puedes ver claramente por qué el grano de trigo ha de corromperse: esa putrefacción lo reblandece, engrasa, hincha y hace que abandone su envoltura. Con estas palabras quiero indicar que, a través de la putrefacción, el alma, o la vida encerrada en el grano, después de resucitada, se manifestará. En efecto, cuando el alma recupera su libertad, como si volviera a la vida, empieza produciendo una hojita tierna y después un pequeño tallo en el que, seguidamente, se fijará un brote. Crece aumentando poco a poco de tamaño con ayuda del calor aéreo y de la humedad terrestre, llegando hasta la altura conveniente a las espigas, para producir finalmente múltiples granos y paja, a la vez que pequeñas hojas sobre las que aparecen unas flores que antes estaban encerradas en ellas. Cuando los granos están maduros, como a causa del calor, son dotados por la Naturaleza con un color dorado.













Anónimo
'Instrucción de un padre 
a su hijo acerca del 
árbol solar' (1661)
trad. Santiago Jubany i Closas
ed. Indigo (1997)

imagen: lámina de la "Enciclopedia Escolar", 
edición "Cuadernos Sarmiento"



No hay comentarios:

Publicar un comentario