Otra entrada, según otros, se encuentra en los grandes montes de la Libia. Hermes indica así mismo uno en cierta parte del mar Rojo. Finalmente, para facilitarte la empresa, sábete que encontrarás la entrada de la Gruta de Mercurio y del Orbe heroico, no sólo en los lugares mencionados, sino igualmente en todos aquellos lugares minerales en los cuales a veces se suelen ver ciertos monstruos, llamados unos pigmeos, y otros gnomos, volcanes, salamandras. Habiendo dado la Divina Providencia –como afirman algunos– a cada cosa natural su custodio, esos ❲monstruos❳ están encargados de la guardia de los inexhaustos tesoros de la Tierra, es decir, de los metales, lo mismo que esos otros monstruos, llamados silvestres o silvanos, tienen a su cuidado las gemas y las piedras preciosas. Asimismo las ninfas, llamadas también ondinas, están encargadas de los tesoros que se esconden en el seno del vasto y profundo mar. Cada vez que en un lugar cualquiera aparezcan, pues, los susodichos seres, ello será indicio manifiesto de que allí hay tesoros grandísimos, como expertos mineralistas lo han observado por larga experiencia. En efecto, si al entrar éstos en las entrañas de un monte mineral descubren alguno de los susodichos monstruos que, según su propia costumbre, mostrándose todo risueño y festivo, da señal con sus gestos como si fuese a su encuentro, tienen en tal caso por cosa cierta que la mina les será útil y de grandísimo provecho. Pero si, por el contrario, el monstruo se muestra turbado y, lleno de desdén y de ira, se da a la fuga, ellos pierden toda esperanza de poder obtener allí ganancia alguna.
Cesare della Riviera
"El mundo mágico de los Héroes"(1603)
citado en "Los Místicos de Occidente III"
Elemire Zolla (1926-2002)
trad. José Pedro Tosaus Abadía
ed. Paidós (2000)
imagen: ilustración de el Libro de imágenes
para niños de F.J. Bertuch Nº 58
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