miércoles, 31 de diciembre de 2014

En manos del destino







   Un gran guerrero japonés, llamado Nobunagá, decidió atacar al enemigo aun cuando sus hombres eran sólo un décimo de los que le oponía la facción rival. Se hallaba cierto de vencer, pero sus soldados estaban en duda.
   Durante la marcha se detuvo ante un templo del Shintô y dijo a sus hombres:
   -Después que visite el santuario arrojaré una moneda al aire. Si sale cara, venceremos; si cruz, seremos vencidos. El destino nos tiene en su mano.
   Nobunagá entró en el santuario y ofreció una plegaria silenciosa. Al volver, arrojó una moneda. Salió cara. Sus soldados quedaron tan ávidos de lucha, que ganaron fácilmente la batalla.
   -Nadie puede torcer la mano del destino- le dijo su asistente después del combate.
   -No, en verdad- respondió Nobunagá, enseñando una moneda que había sido duplicada, de modo que mostraba cara de ambos lados.














de 'Carne Zen Huesos Zen 
-101 Historias Zen-'
comp. Nyogen Senzaki & Paul Reps
Ed. Estaciones (1989)

imagen: tsuba, guarda de sable japonés


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