Y, cuando se duerme completamente, cuando no conoce nada, vuelve a través de los setenta y dos mil nervios llamados hitã, que se extienden desde el corazón al pericardio. Y permanece en el cuerpo. Vive como un niño, o un emperador, o un noble brãhmana, y al lograr la cima de la felicidad, se mantiene ahí.
Gran Upanisad del Bosque
Brihadãranyaka Upanisad
segundo adhyãya, 19
edición de Consuelo Martín
ed. Trotta (2002)
imagen: diagrama tántrico de Nepal, siglo XVIII
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