En las montañas de Shanxi hay muchos ciervos. Las gentes del lugar se ponen cabezas de ciervo, se esconden entre los arbustos y hacen sonar un reclamo fabricado a partir de una hoja enrollada. Los ciervos acuden en masa. Como los machos son pocos y las hembras muchas, cada vez que un macho entra en la manada de hembras tiene por fuerza que aparearse con todas y al final muere de agotamiento. Las hembras, por el olor, saben que está muerto. Al punto se internan en el valle en busca de unas hierbas prodigiosas, vuelven con ellas en la boca al lado del muerto y se las restriegan por todo el cuerpo. El ciervo muerto revive al instante. Llegado este momento, los hombres del lugar que los están observando disparan sus trabucos y la manada huye, espantada. Luego recogen estas hierbas: según dicen, también pueden hacer revivir a las personas.
Pu Songling (1640-1715)
"Cuentos de Liao Zhai"
trad. Laura A. Rovetta
y Laureano Ramírez
ed. Alianza (1985)
imagen: arte popular chino, almohadón bordado.
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