lunes, 14 de marzo de 2016

indefinibles






   Los sonidos del jade aún no se oían, las constelaciones aún no estaban en su lugar, cuando bruscamente los alientos celestes se extendieron, se mezclaron y se anudaron en medio del Gran Vacío, creando la música universal de los Ocho Vientos: he aquí que éstos se acumulan, se unen, se mezclan, se arremolinan en el empíreo púrpura siguiendo las fases del Tao y aparecen y desaparecen. Los alientos se convierten en signos. Indefinibles: ni humo, ni polvo, ni bruma, ni nube..., miden diez mil li de altura y su sonido concuerda con el de los Ocho Vientos. Así se manifiesta la maravillosa esencia de la creación, la sublime floración de los Cinco Elementos.
















fragmento del 'Ritual de Suqi'
en "El cuerpo taoísta"
Kristofer Schipper
trad. Joaquín Pérez Arroyo
ed. Paidós (2003)

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