miércoles, 9 de julio de 2025

por largas eras

 




Sentado en el Himalaya, el Rakasha hacía penitencia entre cinco fuegos. 

Cuatro había encendido a su alrededor para calentar la roca deslumbrante sobre la que se sentaba; el quinto era el impiadoso sol por encima suyo. 

Ravana era el hijo del Rishi Visvravas, quien era a su vez nieto del propio Brahma.

El magnífico Ravana, de diez cabezas, adoraba, sentado, al Dios Siva. 

Mas aún cuando permaneció sentado por mil años, Siva no apareció ante él.

Perdiendo un día la paciencia, el Demonio tomó su espada, cortó una de sus diez cabezas y, cantando el nombre de Siva, la arrojó al fuego. Aún así, el Señor no vino a él. 

Otros mil años pasaron, Ravana segó otra cabeza y alimentó al fuego con ella. Pero incluso así, Siva no apareció. 

Ravana no se amedrentó. En nueve mil años, el Rakasha cortó nueve de sus cabezas y alimentó a Agni con ellas. Pero no había señal de Siva.

Cuando hubieron pasado diez mil años de perfecta adoración, Ravana tomó su espada nuevamente: para esta vez cortar de un tajo su décima y última cabeza, y poner así fin a sí mismo. 

De pronto sus ojos fueron cegados por una luz tal como nunca antes hubiese visto. 

En el corazón mismo del fulgor se alzaba Siva, el Dios de Dioses, sonriendo a su fiero devoto.

Levantando su mano en bendición sobre el Rakasha, Siva dijo: "Pide por cualquier don que desees."

Ravana pidió por fuerza tal que ninguna otra criatura en el universo poseyese. Después de la ofrenda de nueve cabezas, Siva no podía rehusarse.

Restauró las cabezas del Rakasha y le otorgó la fuerza que un día lo haría amo de la tierra. 

Pero Ravana no estaba satisfecho con sólo un don. 

Retomó su fervorosa penitencia, ahora en nombre de su propio bisabuelo: Brahma, el Creador. 

Pasados cien años, también Brahma, el de los cuatro rostros, iridiscente, se presentó frente al Demonio.

"¿Qué don deseas, Ravana? Pídeme cualquier cosa."

El tapasya de Ravana había sido tan notable que podría haber pedido por moksha, la iluminación. Pero siendo un Rakasha, dijo: 

"Siva ya me ha concedido fuerza ilimitada. Pitama, ¡hazme inmortal!"

Brahma replicó: "No puedo conceder la inmortalidad a nada de lo creado. Pide por otro don."

Ravana lo pensó por un momento. Luego, astutamente, dijo: "Entonces bendíceme con que nunca encuentre la muerte a manos de un Deva, Danava, Daitya, Asura, Rakasha, Gandharva, Kinnarva, Charana, Siddha o cualquiera de los seres divinos o demoníacos del cielo y la tierra."

Con un suspiro, sabiendo cuales serían las consecuencias de este don, Brahma dijo: "Que así sea", y desapareció. 

El rugido triunfal de Ravana resonó a través del mundo. El Himalaya se estremeció; el mar se elevó en olas escarpadas y se estrelló contra las costas de Bharatavarsha.

Es claro, el Rakasha había pensado que estaba por debajo de su dignidad pedir por invencibilidad contra la insignificante raza de los hombres. 

Puesto que, ¿cuál hombre mortal podría albergar esperanza de amenazar la vida de Ravana, el pavoroso? Tenía la certeza que ahora ya era inmortal. 

Y raudamente, gracias a sus dos dones, el Demonio se tornó soberano de todo cuanto su vista abarcase.

Por largas eras reinó, mientras la oscuridad se extendía...







'The Demon's boons'

The Ramayana

Retold by: Ramesh Menon

ed: North Point Press (2003)


versión: Ricardo Messina


 

sábado, 28 de junio de 2025

con un gesto








con un gesto detengo los tres perros


alevinos pausan a la luz


enramado de sombras el estanque
















de la 'suite serrana' 

(inédito)

Ricardo Messina

miércoles, 25 de junio de 2025

almizcle puro

 





   Y Salomón enarenó él mismo la hoja con oro en polvo, y la dobló.

   Luego dijo: «¿Dónde está el Genni del Tesoro?»

   Y el Genni en cuestión acudió, diciendo: «Estoy aquí, entre tus manos. Ordena y obedezco.»

   Y Salomón se volvió hacia este Genni y dijo: «Oh Guardián del Tesoro, tráeme un grano de almizcle puro y áloe oloroso.»

   Y, en el instante más próximo, esta orden se convirtió en realidad. 

   Y Salomón tomó su temible sello talismánico, dueño de todos los seres que andan, que vuelan o que nadan. Y, con el dedo testificador de su mano izquierda, selló, con el sello, la hoja de palmera con una mezcla de almizcle puro y áloe oloroso.


*


   Entonces llamó él mismo a la Abubilla, con una llamada, diciendo: «¡Oh Hud-Hud!»

   Y la Abubilla Yafur desprendió de sus labios el sello del silencio y dijo: «¡Oh mi Señor!»

   Y Salomón, satisfecho de su obra escrita, sonrió.

   Y tendió al Pájaro mágico la hoja sellada y dijo: «Toma esta carta ilustre. Y que, sin demora, toque lo que debe tocar.»

   Y la Abubilla tomó de las manos de su señor la carta sellada con el sello temible constituido por seis líneas iguales que se cortaban en seis segmentos iguales, formando seis ángulos con las puntas dirigidas hacia lo invisible, y en los que seis nombres terribles estaban inscritos en caracteres siríacos, mientras que un séptimo nombre estaba en el centro y no podía ser descifrado más que por las gentes del Más Allá.

   Y besó la carta y se tocó la frente con ella. Luego se la sujetó al cuello y partió, centella entre centellas, en sus alas y la ebriedad del aire. 









de "La Reina de Saba" (fragmento)

trad. J..-C. Mardrus

versión Esteve Serra

ed. José J. de Olañeta (1992) 

domingo, 22 de junio de 2025

dulce como la miel

 





"(...) Desde allí, dañosos vientos lleváronme nueve días por el ponto, abundante en peces, y al décimo arribamos a la tierra de los lotófagos, que se alimentan con un florido manjar. Saltamos a tierra, hicimos aguada y pronto los compañeros empezaron a comer junto a las veleras naves. Y después que hubimos gustado los alimentos y la bebida, envíe algunos compañeros –dos varones a quienes escogí e hice acompañar por un tercero, que fue un heraldo– para que averiguaran cuáles hombres comían el pan en aquella tierra. Fuéronse pronto y juntáronse con los lotófagos, que no tramaron ciertamente la perdición de nuestros amigos, pero les dieron a comer loto, y cuantos probaron este fruto, dulce como la miel, ya no querían llevar noticias ni volverse; antes deseaban permanecer con los lotófagos, comiendo loto, sin acordarse de volver a la patria. Mas yo los llevé por fuerza a las cóncavas naves y, aunque lloraban, los arrastré e hice atar debajo de los bancos. Y mandé que los restantes fieles compañeros entrasen luego en las veloces embarcaciones, no fuera que alguno comiese loto y no pensara en la vuelta. Hiciéronlo enseguida y, sentándose por orden en los bancos, comenzaron a batir con los remos el espumoso mar."







de 'Rapsodia IX' (fragmento)

en "Odisea"

Homero

trad. Luis Segalá y Estalella

ed. Espasa Calpe (1989)

jueves, 12 de junio de 2025

percibido

 




(...) La luz: qué es, 

cómo se mueve

y cómo es percibida.

Por un lado, como rayo,

es

un impulso energético

que conecta 

una fuente puntiforme

con el ojo del destinatario,

a través de lo que podría ser

un vacío inmenso de espacio;

por otro lado, como haz,

es

una afectación

de la percepción visual,

una explosión

que se enardece

tanto

a los ojos del observador

como en el mundo

observado.

Porque

en el momento

que es percibido,

el ojo y el cosmos se unifican.







de 'Oscuridad total y lumbre' (fragmento)

en "Correspondencias"

Tim Ingold

trad. Xavier Gaillard Pla

ed. Gedisa (2022)


versión: RM




domingo, 1 de junio de 2025

con los niños (sonora XXXVII)

 




Cuando llegaba a una ciudad judía, rabí David de Lelov se complacía en reunir a todos los chicos. Les daba a cada uno un pequeño silbato y luego los embarcaba a todos en el gran faetón que utilizaba para sus desplazamientos. Así iba por las calles con los niños turbulentos y maravillados, que silbaban desatinadamente. Entonces el rostro del rabí de alegraba con una risa inextinguible.













'con los niños'

en "Cuentos Jasídicos - Los maestros continúadores II"

Martin Buber

trad. Salomón Merener

ed. Paidós (1983)



 







lunes, 12 de mayo de 2025

confuso ensueño (sonora XXXVI )

 





   En ese aposento... se apoyaba un gigantesco reloj de ébano. Su péndulo se balanceaba con un resonar sordo, pesado, monótono; y cuando... la hora iba a sonar, de las entrañas de bronce del reloj salía un tañido claro, resonante, profundo y extraordinariamente musical, pero de un timbre tan particular y potente que de hora en hora, los músicos de la orquesta se veían obligados a interrumpir... para escuchar el sonido; y las parejas danzantes cesaban por fuerza sus evoluciones; durante un momento, en aquella alegre sociedad reinaba el desconcierto; y mientras aún resonaban los tañidos del reloj, se notaba que los más vehementes palidecían y los de más edad y más sensatos, se pasaban la mano por la frente, como si se entregaran a un confuso ensueño o meditación.

Pero apenas los ecos cesaban del todo, livianas risas se difundían por la reunión...; y se sonreían de su nerviosidad... mientras se prometían unos a otros en voz baja que el siguiente tañido del reloj no provocaría en ellos una emocionalidad semejante. Mas, al cabo de sesenta minutos... el reloj daba otra vez la hora, y otra vez nacían el desconcierto, el temblor y la meditación de antes.

   Mas a pesar de esas cosas, la jarana era alegre y magnífica. 









E. A. Poe

'La máscara de la muerte roja' (fragmento)

citado en "Insólito Esplendor"

Stephen King

trad. Marta I. Guastavino

Ed. Pomaire (1977)

miércoles, 30 de abril de 2025

fuente fría

 





–Decidme, hija mía, mi hija garrida:

¿por qué tardasteis en la fuente fría?

   –Madre, tengo amores.


–Decidme, hija mía, mi hija galana:

¿por qué tardasteis en la fuente clara?

     –Madre, tengo amores.


Me entretuve, madre, en la fuente fría;

los ciervos del monte al agua volvían.

     –Madre, tengo amores. 


Me entretuve, madre, en la fuente clara,

los ciervos del monte volvían al agua.

     –Madre, tengo amores.


–Mentís, hija mía, mentís por amigo;

nunca se vio un ciervo que volviese al río.

     –Madre, tengo amores.


–Mentís, hija mía, mentís por amado;

nunca se vio un ciervo que volviese al alto.

     –Madre, tengo amores.










de 'Primeros trovadores'

en "Ocho siglos de poesía gallega"

Pedro Meogo (segunda mitad del s. XIII - principios del XIV)

trad. Carmen Marín Gaite

ed. Alianza (1972)


domingo, 27 de abril de 2025

giro en torno

 




Vivo mi vida en círculos crecientes

que se extienden sobre las cosas.

Tal vez no complete este último,

pero quiero intentarlo.


Giro en torno de Dios, de la antigua torre,

durante miles de años he estado girando,

y todavía no lo sé: ¿soy un halcón,

una tormenta o un gran canto?










de "El libro de las horas" -Libro primero- (fragmento)

Rainer Maria Rilke



versión: R.M.







martes, 22 de abril de 2025

como un aro

 





   Cuando un hombre está durmiendo, tiene en torno suyo, como un aro, el hilo de las horas, el orden de los años y de los mundos. Al despertarse, los consulta instintivamente y, en un segundo, lee el lugar de la Tierra en que se halla, el tiempo que ha transcurrido hasta su despertar, pero estas ordenaciones pueden confundirse y quebrarse.












de 'Combray: uno' (fragmento)

en "En busca del tiempo perdido - 1. por el camino de Swann"

Marcel Proust

trad. Pedro Salinas

ed. Alianza (1985)


sábado, 12 de abril de 2025

la noche eterna

 






"Despierto. Tengo ante mí, detrás de mí, la noche eterna. He dormido durante millones de años; durante millones de años voy a dormir… No tengo más que una hora. ¿Acaso van a estropearla ustedes con explicaciones y máximas? Me estiro al sol, sobre la almohada del placer, en una mañana que jamás volverá."































M. Yourcenar. El Tiempo, gran escultor (1999)

jueves, 13 de marzo de 2025

¿por qué no?

 





tus hojas de otoño,

es porque caen que las amamos;

así que, ¿por qué no lanzar nuestra barca al río Takase?










Shikibu

cit. en "Tipos de agua - el Camino de Santiago"

Anne Carson

trad. Sara Cantú Pérez de Salazar

ed. Vaso Roto (2018)

sábado, 18 de enero de 2025

demasiado

 





hoy esperaba

demasiado

pero no vino nadie





*





aujourd'hui je m'attendais

trop

mais personne n'est venu











en "puesto que soy esa zarza"

Henri Meschonnic

trad. Hugo Savino

ed. Leviatán (2008)

jueves, 16 de enero de 2025

aves de las musas (sonora XXXV)

 



Y los cisnes aedos del dios, que ya habían dejado atrás el Pactolo de Meonia, le celebraron con su canto sobrevolando siete veces en círculos sobre Delos; de este modo las aves de las musas, las más melodiosas entre las que son capaces de volar, cantaron sobre el lugar del parto (de aquí que el niño atara, luego, a la lira tantas cuerdas como veces los cisnes cantaron sobre las labores del parto). Y ya no cantaron una octava vez, pues el niño salió del vientre, y las ninfas Delíades –estirpe de un antiguo río– entonaron con voz profunda la melodía sagrada de Ilitía, y al instante el éter broncíneo respondió con una sonora exclamación de alegría, y ni siquiera Hera se vengó, pues Zeus extrajo la ira (de la diosa). Doradas se volvieron, entonces, todas tus raíces, Delos; doradas corrían continuamente las aguas de tu laguna circular; dorado brotó un retoño de olivo recién nacido, y dorado rebosaba el cauce profundo y zigzagueante del Inopo. 









'nacimiento de Apolo' (fragmento)

de 'A Delos'

en "Himnos"

Calímaco

trad. Diego Honorato Errázuriz

ed. Cátedra (2019)

sábado, 11 de enero de 2025

como si nada

 




   Xiang zi de Zhao emprendió una cacería, acompañado de cien mil hombres, por Zhong shan. Se provocó un incendio en el bosque, dando fuego a la maleza, y las llamas se extendieron a lo largo de cien li. De pronto, un hombre salió de entre unas rocas; subía y bajaba junto con el humo y las chispas. Todos pensaron que era un gui. Cuando el fuego se extinguió apareció el hombre tranquilamente, como si nada hubiera pasado. 

   Xiang zi estaba asombrado. Retuvo al hombre y le observó con atención. Pues bien, tenía la forma y las características corporales de un ser humano, respiraba y hablaba como un hombre. Xiang zi le preguntó: "¿Cuál es el dao que te permite sobrevivir en las rocas y penetrar en el fuego?" El hombre le contestó: "¿A qué llamas tú rocas? ¿A qué llamas fuego?" Xiang zi le dijo: "Rocas son el lugar del que acabas de salir; y fuego, lo que has atravesado." El hombre dijo: "Yo no sé nada de eso."

   El marqués Wen de Wei oyó hablar del suceso, y consultó con Zi Xia: "¿Qué clase de hombre era ése?" Zi Xia le respondió: "Según las palabras que Shang (él mismo) oyó a su maestro, aquel que alcanza la perfecta armonía se identifica totalmente con los seres, de manera que éstos no pueden ya herirle ni rechazarle. Desde ese momento puede atravesar los metales y las piedras y marchar por el agua y el fuego."

   El marqués Wen volvió a preguntar: "¿Por qué no hacéis vos lo mismo?" Zi Xia le contestó: "Shang todavía no es capaz de deshacerse de su mente y de anular su inteligencia. Pero como tenemos tiempo, podemos tratar de esa cuestión." El marqués dijo: "¿Por qué vuestro maestro no ha llegado a ese estado?" Zi Xia le razonó: "Mi maestro podía llegar, pero también podía renunciar a él."

   Al marqués Wen le agradó sobremanera la respuesta. 








de 'Huang Di: El Emperador Amarillo'

en "Lie Zi - El libro de la perfecta vacuidad"

Lie Zi

trad. Iñaki Preciado

ed. Kairós (1987)




sábado, 4 de enero de 2025

Dang Kiang Aing

 








Dang Kiang Aing – Dang Kiang Aing

ola, ola

ven como montaña y fluye cual arroyo

no nos lastimes, mas ¿puedes vernos?

¿Engullirnos y devolvernos como maderos flotantes?

¿Escuchas eso?

Dang Kiang Aing – Dang Kiang Aing









poema tradicional de Nueva Guinea

traducido al inglés por Mozak Johnson

en "Home of man: The people of New Guinea"

Paul Cox & Ulli Beier

ed. Nelson (1971)


versión R.M.