O dieu, purifiez nos cœurs!
Purifiez nos cœurs!
Oh sí, has trazado mi camino
por lugares amenos,
Y la belleza de tu Venecia
me has revelado
Hasta hacer para mí de su encanto
motivo de lágrimas.
¡Oh, Dios! ¿qué acto de bondad
hemos obrado
y olvidado
Para hacernos dignos de este prodigio,
Oh, Dios de las aguas?
Oh, Dios de la noche,
¿Qué tremendo dolor
Nos espera
Para que nos compenses
Anticipadamente?
Oh, Dios del silencio,
Purifiez nos cœurs,
Purifiez nos cœurs,
Pues hemos contemplado
La gloria de la sombra de la imagen
de tu sierva;
Sí, la gloria de la sombra
de tu Belleza ha transitado
Sobre la sombra de las aguas
En esta tu Venecia.
Y ante la santidad
De la sombra de tu sierva
Me he cubierto los ojos
Oh, Dios de las aguas.
Oh, Dios del silencio,
Purifiez nos cœurs,
Purifiez nos cœurs,
Oh, Dios de las aguas,
limpia nuestro corazón
Pues hemos contemplado
La sombra de tu Venecia
Flotando sobre las aguas,
Y también tus estrellas
Lo vieron, contemplaron lo mismo
Desde su curso remoto,
Oh, Dios de las aguas,
Y como ellas
Mudas para nosotros, en su lejano tránsito,
Mi corazón devino
dentro de mí, silencioso.
Purifiez nos cœurs,
Oh, Dios del silencio,
Purifiez nos cœurs,
Oh, Dios de las aguas.
Ezra Pound (1885-1972)
'Letanía nocturna'
en "Antología poética"
trad. Carlos Viola Soto
ed. Fabril (1963)
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