miércoles, 25 de octubre de 2017

un muro





   Y el castillo se vio invadido por madreselvas y toda clase de plantas trepadoras, tan espesas que desde lejos parecía como si aquello fuese un bosque. Crecían e iban creciendo más y más, rodeando el castillo como un muro, hasta el punto de que lo único que podía verse era la parte superior de la torre más alta. Allí estaba el mástil donde la bandera real colgaba inmóvil.

























en "La Bella Durmiente" (fragmento)
trad. Ramón Planas
ed. Aymá (1975)

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