Cuando Ninakawá estaba a punto de morir, lo visitó el maestro del Zen Ikkyû.
–¿Puedo guiarte?– le dijo.
Ninakawá repuso: –Solo vine y solo me voy. ¿En qué podrías darme ayuda?
Ikkyû respondió: –Si piensas que realmente vienes y vas, eso es ilusión tuya. Déjame mostrarte el camino en que no hay ida ni venida.
Con estas palabras, Ikkyû había revelado el camino tan claramente, que Ninakawá sonrió e hizo su tránsito.
'El verdadero camino'
en "Carne Zen Huesos Zen"
comp. Paul Reps
ed. Estaciones (1989)
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