Oh, Dios, Oh, Venus, Oh, Mercurio, protector de los ladrones,
Dadme a su tiempo, os ruego, una pequeña cigarrería,
Con sus relucientes cajas de cigarros
pulcramente apiladas en las estanterías
Y el tabaco suave y aromático
y el fuerte,
Y el dorado Virginia
suelto bajo el reluciente mostrador de vidrio
Y una balanza no demasiado engrasada,
Y prostitutas que entren, de paso, para charlar un rato,
Hacer un chiste o arreglarse un poco el pelo.
Oh, Dios, Oh, Venus, Oh, Mercurio, protector de los ladrones,
Concededme una pequeña cigarrería
o dadme un oficio cualquiera
Que no sea este maldito oficio de escribir
en que hay que exprimirse el cerebro.
'La isla en el lago'
en "Antología Poética"
Ezra Pound
trad. Carlos Viola Soto
ed. Fabril (1963)
No hay comentarios:
Publicar un comentario