Un arrendajo vivía en el sur, y fue capturado. La gente le enseñó a hablar. Gradualmente el arrendajo aprendió a hablar como las personas, pero sólo podía imitar unas pocas palabras.
En el patio cantaba una cigarra, y el arrendajo se burlaba de su canto.
La cigarra le dijo: "Está bien, usted habla como la gente. Sin embargo, lo que dice no son sus propias palabras. ¿Cómo se puede comparar conmigo? Mis cantos expresan mis pensamientos."
Después de oir a la cigarra, muy avergonzado, el arrendajo agachó la cabeza y dejó de imitar a la gente para siempre.
'La imitación'
en "Fábulas antiguas chinas sobre animales"
comp. Ma Da
ed. Ediciones en lenguas extranjeras (1991)
versión: RM
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