(...) El espíritu percibe ante la naturaleza menos su propia superioridad que su propia naturalidad. Este instante mueve al sujeto a llorar ante lo sublime. El recuerdo de la naturaleza disuelve la terquedad de su autoposición: «¡La lágrima brota, la tierra vuelve a tenerme!». El yo sale así espiritualmente de la prisión en sí mismo.
de 'Teoría Estética' T. W. Adorno
citado en "Muerte y alteridad"
Byung-Chul Han
trad. Alberto Ciria
ed. Herder (2018)
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