¡Respétame! Soy el contemporáneo de los orígenes. He vivido en el mundo informe donde dormían las bestias hermafroditas, bajo el peso de una atmósfera opaca, en la profundidad de las ondas tenebrosas, donde los dedos, las aletas y las alas estaban confundidos, y ojos sin cabeza flotaban como moluscos, entre toros con rostro humano y serpientes con patas de perro.
En el conjunto de estos seres, Omoroca, doblado como un arco, extendía su cuerpo de mujer. Pero Belus la cortó en dos mitades, hizo la tierra con una, el cielo con la otra; y los dos mundos semejantes se contemplan mutuamente. Yo, primera conciencia del Caos, surgí del abismo para endurecer la materia, para regular las formas; y enseñé a los humanos la pesca, la siembra, la escritura y la historia de los dioses.
Desde entonces, vivo en los estanques que quedan del Diluvio. Pero el desierto se agranda a su alrededor, el viento les hecha arena, el sol los devora, y muero en mi lecho de limo, mirando las estrellas a través del agua. Allá vuelvo.
–discurso de Oanes–
en "La tentación de San Antonio"
Gustave Flaubert
trad. Elena del Amo
ed. Siruela (1988)
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