La ambición de la arquitectura religiosa bizantina es invitar al cielo a que pase dentro, acogerlo entre los muros de la más humilde de sus iglesias. El interior de sus cúpulas, así pues, se asemeja a un planetario. El ícono sagrado de la Madre de Dios ubicado en la parte inferior es como un plato de leche que han dejado para que las estrellas del cielo beban de él a medianoche.
de 'cielo nocturno'
en "La vida de las imágenes"
Charles Simic
trad. Luis Ingelmo
ed. Vaso Roto (2017)
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