(...)
–Por Dios –le preguntan los dos hermanos–, Merlín, dinos si moriremos en la batalla.
–No hay nada que tenga principio que no se acabe, no hay ningún hombre que deba preocuparse por la muerte si la recibe como debe y no hay nadie vivo que no deba saber que morirá, y vosotros moriréis, pues ninguna riqueza podrá impedirlo.
del 'Capítulo II' (fragmento)
en "Historia de Merlín"
trad. Carlos Alvar
ed. Siruela (2000)
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