La tierra (como prima materia) no es un cuerpo muerto, sino que en ella mora el espíritu, que es la vida y el alma de la tierra. Todas las criaturas, incluso los minerales, reciben sus fuerzas del espíritu de la tierra. El espíritu es vida; lo nutren las estrellas y él a su vez nutre a todo lo que vive y que lleva oculto en su seno. Así como la madre incuba a su hijo no nacido, la tierra también incuba en su seno a los minerales, mediante el espíritu que le ha sido concedido desde lo alto.
Basilio Valentino
citado en 'El tesoro escondido' (fragmento)
de "Psicología y Alquimia"
C. G. Jung
trad. Alberto Luis Bixio
ed. Santiago Rueda (1957)
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