Sybælc nació de noche, pero al amanecer, el Sol miró por la ventana de la casa de Uærxtænæg, y sus rayos juguetearon y destellaron en los ojos del bebé, cuya cara se iluminó. Viéndolo, Uærxtænæg sonríe de alegría, y cuando su mujer le pregunta la causa, responde:
–Siempre me inquietaba por nuestro hijo, pero ahora veo que todo irá bien. Anoche nació una niña en la casa del Sol y en seguida se enamoró de nuestro pequeño.
de 'El primogénito desconocido' (fragmento)
en "Mito y Epopeya I"
Georges Dumézil
trad. Eugenio Trías
ed. Seix Barral (1977)
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