Moriste, mi esposo querido,
y vagas sin sepultura
ni abluciones, mientras a mí me va a conducir
la nave de veloces remos
hasta el caballar Argos, en que llegan
hasta el éter los pétreos, ciclópeos muros.
Una multitud de niños
a las puertas está con gemido y llanto:
«¡Madre, ay de mí, sola, donde no te vea
se me llevan los Aqueos
en nave cerúlea! ¡Sus remos
marinos quizá en Salamina
la sacra me dejen o el Istmo,
la cima que mira a dos mares,
allí donde se abren las puertas
de acceso al país de Pélope!»
'Coro de cautivas' (fragmento)
en "Las Troyanas"
Eurípides
trad. Manuel Fernández-Galiano
ed. Planeta (1986)
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