domingo, 25 de junio de 2023

una única raíz (alchimia XLIX)

 




   A todo esto, decidí hacer un viaje. Seguí mi camino, y cuando me encontraba entre dos montañas vislumbré un hombre de campo, grave y modesto en su actitud, vestido con capa gris y con una cinta negra en su sombrero, portaba un fajín blanco ceñido con una correa amarilla, y calzaba botas rojas. Le saludé y, al aproximarme, vi que entre sus manos sostenía dos flores muy brillantes, estrelladas con siete rayos; una de estas flores era blanca, la otra roja: las miré con atención porque eran bellísimas, brillantes y de muy hermosos colores, muy olorosas y agradables al gusto; además, una era femenina y la otra masculina, y sin embargo ambas crecían a partir de una única raíz por influjo de todos los planetas. 








de 'La arqueta del pequeño campesino' (fragmento)

en "Tratado del secreto del arte filosófico"

Anónimo

trad. Santiago Jubany i Closas

ed. Indigo (1999)

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