miércoles, 9 de agosto de 2023

el remo

 




   »Acudió la primera el alma de nuestro camarada Elpénor, pues aún no había penetrado en la tierra de vastas sendas, ya que dejamos nosotros su cadáver en el patio de Circe, sin llantos e insepulto, porque nos urgía otra tarea. Al verle me eché a llorar y lo compadecí en mi ánimo, y hablándole le dije estas palabras aladas: 

   »"¿Cómo has llegado, Élpenor, a estas densas tinieblas? Llegaste antes caminando que yo en mi negra nave".

   Así le hablé, y él, gemebundo, contestó estas palabras:

   »"Divino hijo de Laertes, muy mañoso Odiseo, me derribaron el maligno destino dictado por un dios y el exceso de vino. Acostado en el terrado de Circe, no pensé en bajar por medio de la larga escalera, sino que caí precipitándome desde el techo. Se me partió el cuello por las vértebras, y mi alma descendió al Hades. Ahora a ti te suplico, por los que dejaste atrás, los ausentes, por tu esposa y tu padre, que te crió de pequeño, y por Telémaco, al que dejaste solo en tu hogar, ya sé que, al volver de aquí, de la casa de Hades, vas a detener en la isla de Eea tu bien construida nave. Allí, luego, señor, te ruego que te acuerdes de mí. No me dejes atrás, al zarpar, sin llantos ni tumba, abandonado. Que no resulte para ti motivo de la ira de los dioses. Sino que quémame con todas mis armas y eleva mi túmulo en la orilla del mar espumoso, tumba de un hombre desdichado, para noticia de los venideros. Cumple por mí todo eso y planta en mi túmulo el remo con el que yo bogaba en vida al lado de mis compañeros".

   »Así dijo, y yo, contestándole, le repliqué:

   »"Por ti haré todo eso, infeliz, y lo llevaré a cabo".








de 'Canto XI' (fragmento)

en "Odisea"

Homero

trad. Carlos García Gual

ed. Alianza (2016)


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