«Del lado derecho del Gran Pez fluyen treinta arroyos, algunos de los cuales suben y otros bajan; pero todos están unidos por pequeños arroyuelos que fluyen entre ellos. De estos arroyos salen mil ríos, y abren su camino hacia los cuatro puntos cardinales. De éstos, están quinientos a la derecha y quinientos al lado izquierdo. Pero la mitad de un río a la derecha y la mitad de un río a la izquierda se unen para formar en medio un río. En este río del medio hay un gran pez, con su cabeza tan roja como una rosa, sus escamas duras como el hierro y sus aletas que alcanzan las aguas de los otros ríos. Cuando el pez mueve la cola los otros peces escapan delante de él, temiendo ser destruidos. De su boca sale fuego, y cuando él se mueve una fusilada de fuego se dispara y se extiende por entre los demonios. Entonces las aguas en todos los ríos se vuelven turbias, y se vuelven de un color azul oscuro. Y las ruedas de los cuatro puntos cardinales empiezan a moverse. Su cola, en movimiento, puede alcanzar desde los cielos hasta los mundos inferiores. Cada setenta años le está permitido a este pez entrar en los ríos, pero no se le permite permanecer, puesto que demolería los mundos superiores y los inferiores. Luego es embozado y echado en el abismo, y todos los ángeles alaban a Dios (...)»
fragmento de 'El Gran Pez'
en "El Zohar"
trad. Ariel Bension
ed. Olañeta (1992)
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