Como le queríamos las dos nos lo jugamos a las tabas.
Y fue esta una partida memorable a la que asistieron numerosas jóvenes.
Ella sacó primero la jugada de los Cíclopes, y yo, la de Solón. ¡A ella le salió luego el Kallíbolos y yo, sabiéndome perdida, imploré a la diosa!
Tiré, saqué el Epifenón, ella la jugada terrible de Khios, yo el Antitheukos, ella las Trikhias, y yo, finalmente, el tanto de Afrodita que ganaba el amante apostado.
Sin embargo, viéndola palidecer, la enlacé por el cuello y para que sólo ella me oyese, susurré en su oído: "No llores, amiga mía, le dejaremos escoger entre nosotras."
Pierre Loüys (1870-1925)
'La partida de tabas'
en "Antología de la poesía erótica"
trad. Mariano Navarro
ed. Leviatan (1988)
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