El río Chimú-jé, de treinta kilómetros de largo, corre en dirección este-oeste, y sólo tiene un afluente en la ribera derecha, el Beitza. El valle que recorre es el llamado, por los habitantes de la comarca, el Valle del Vidrio. Este nombre proviene de una fanza –vivienda de la taiga– de cazadores tramperos chinos en cuya ventana habían fijado un cuadradito de vidrio. En la época la región del Ussuri no poseía ninguna fábrica de vidrio, por lo que en aquellas poblaciones alejadas adquirió gran valor. En medio de montañas y bosques, el vidrio servía de moneda de cambio. Se podía cambiar una botella vacía por harina o sal.
Los ancianos cuentan que, en caso de disputas, los adversarios procuraban entrar en la casa de uno u otro para romper los objetos de vidrio. No es de sorprender que, en estas condiciones, un trozo de vidrio en la ventana de una fanza china haya sido considerado un gran lujo. Los primeros colonos quedaron tan impresionados, que además de a la fanza y al río, llamaron a toda la región el Valle del Vidrio.
fragmento de "Dersu Uzala"
Vladimir Arseniev (1872-1930)
trad. Estela Canto
ed. Emecé (1981)
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