sábado, 15 de octubre de 2016

a cargo






   Camino de la batalla contra el emperador Zhoù, se encontraba el rey Wu vadeando el río por Mengjin cuando se levantaron unas olas gigantescas, como agitadas por el señor de Yang, que oponían resistencia a la marcha del barco y lo zarandeaban. Un mal viento lo dejó todo como a oscuras. Nadie veía a nadie. Ningún soldado a ningún soldado.
   El rey Wu aferró entonces su hacha amarilla con la mano izquierda y su cetro blanco terminado en un rabo de buey con la derecha y, echando fuego por los ojos y enfurecido, gritó:
   –¡Pero quién serás tú que te atreves a atacarme, hoy que tengo a mi cargo el mundo entero!
   El viento cesó. Las olas se calmaron.





















de 'El libro del maestro Huainan'
en "Mitología clásica china"
trad. Gabriel García-Noblejas
ed. Trotta (2004)

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