«¿Y cómo podremos alejarlo si yo le he dado mi palabra, y la palabra de un rey es sagrada?» «¡Señor mío ! Mi consejo es el siguiente: pídele cuarenta platos de oro puro, repletos de gemas como las que te trajo aquel día, y, además, que cuarenta esclavos y otras tantas esclavas te traigan los platos.» «¡Por Dios, visir ! Tu consejo es certero, ya que no podrá obtenerlo, y así podremos librarnos de él.»
noche quinientas cincuenta y siete (fragmento)
en "Las mil y una noches"
trad. Juan Vernet
ed. Planeta (1990)
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