Al placer que llega a través de los oídos se le llama encantamiento y al que lo hace por los ojos hechizo mágico; tanto del uno como del otro se sirven contra los animales. En efecto, encantan a los ciervos y a caballos con siringas y aulós; con las flautas egipcias hacen salir contra su voluntad de sus agujeros a los cangrejos; y dicen que el sábalo sale a la superficie y se acerca cuando hay gente cantando y dando palmas. Por su parte, al búho se le hechiza y se le atrapa cuando, a la vista de los danzantes, se afana y se complace en mover sus hombros siguiendo el ritmo.
'Sobre la inteligencia de los animales' (fragmento)
Plutarco (46 - 120 d.C.)
cit. en "Diccionario de música, mitología, magia y religión"
Ramón Andrés
ed. Acantilado (2012)
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