El viento transportó los sollozos de la princesa Shita-deru, la viuda de Ame-no-waka-hiko, hasta el Cielo. Allí fueron escuchados por el padre de Ame-no-waka-hiko, el dios Ama-tsu-kuni-tama, asi como por su esposa e hijos, que decidieron bajar al País Central de Ashiara para sumarse al duelo. Entre lágrimas de tristeza construyeron una cámara funeraria, asignaron a un ganso la misión de llevar comida al difunto, a una garza la de barrer la casa de luto, a un pájaro guardarrío lo pusieron como cocinero de la comida del difunto, a un gorrión como encargado de moler el arroz y al faisán como plañidera. Después, durante ocho días con sus noches estuvieron velando al difunto y tocando instrumentos de música luctuosa.
de 'El funeral de Ame-no-waka-hiko' (fragmento)
en "Kojiki - Crónicas de antiguos hechos de Japón"
trad. Carlos Rubio y Rumi Tani Moratalla
ed. Trotta (2008)
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