jueves, 11 de enero de 2018

entero e incólume





   Aquel mismo día un vendaval impelió por el mar un barco que llevaba un gran cargamento de trigo y estaba lleno de otras provisiones, y Dios quiso que, entero e incólume, arribara delante del castillo. Sus defensores, en cuanto lo vieron, enviaron a saber y averiguar quiénes eran los del barco y qué venían a buscar. Cuando los del castillo bajaron, fueron al barco y preguntaron qué gente eran, de dónde venían y adónde iban, les contestaron: 
   –Somos mercaderes que llevamos provisiones para vender. Tenemos pan, vino, cecina y bastantes bueyes y cerdos que, si es necesario, se pueden matar.
   Y los del castillo responde:
   –¡Bendito sea Dios, que dio fuerza al viento para que aquí os trajera a orza! Sed bien venidos y desembarcad, que todo se os comprará tan caro como oséis venderlo. Venid enseguida a tomar vuestro dinero, y no os escaparéis de recibir y de contar los lingotes de oro y plata que os daremos a cambio del trigo; y por el vino y por la carne recibiréis un carro cargado de riquezas, y aún más, si es necesario.














de 'En Belrepeire' (fragmento)
en "Perceval o el cuento del grial"
Chrétien de Troyes (1130-1191)
trad. Martín de Riquer
ed. Espasa-Calpe (1992)

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