Entonces, cuando al alba reapareces en el horizonte
y brillas durante el día como el redondo sol
cuando destierras a las tinieblas y ofreces tus rayos
entonces ambos países están de fiesta
los hombres se despiertan y están ya de pie
porque tú los has levantado.
Se lavan, se visten
y alzan sus brazos para saludar tu deslumbrante llegada.
Todo el país va a su trabajo.
Las bestias están satisfechas de su pastura
los árboles y las plantas reverdecen
y las alas de los pájaros que vuelan de sus nidos
se despliegan para saludarte.
Todo el pequeño bestiario brinca sobre sus patas
y todo cuanto vuela y se remonta en el aire
está vivo cuando apareces.
Los barcos suben y bajan la corriente del río
porque todas las rutas se abren cuando apareces en todo tu esplendor.
Y los peces en el río saltan a tu rostro
porque tus rayos penetran hasta las profundidades del gran mar verde.
Extraído del mito solar de Akhnatón
de 'Egipto'
en "El arte de los antiguos y de los primitivos"
W. y B. Forman
trad. Matilde Horne
ed. Carlos Hirsch (1962)
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