martes, 9 de agosto de 2022

figuras mitológicas

 



   La imagen primigenia o arquetipo es una figura que, ya sea «daimon», hombre o proceso, se repite a lo largo de la historia allí donde se ejerce libremente la fantasía creadora. Por ello es esencialmente una figura mitológica. Si analizamos estas imágenes de cerca, descubrimos que constituyen en cierto sentido el resultado formulado de innumerables experiencias típicas de nuestros antepasados. En cierta medida son los residuos psíquicos de infinitas vivencias de pareja índole. Describen millones de experiencias individuales promediadas y de este modo ofrecen una imagen de la vida psíquica dividida y proyectada en las numerosas figuras del pandemonio mitológico. También las figuras mitológicas son en sí mismas productos elaborados de la fantasía creadora y aguardan a ser traducidas a un lenguaje conceptual, del que hasta ahora sólo se dan trabajosos conatos. Los conceptos que de ellas aún han de ser elaborados pueden proporcionarnos un conocimiento abstracto, científico, de los procesos inconscientes que se encuentran en el origen de las imágenes primigenias. Cada una de estas imágenes encierra un fragmento de psicología y de destino humano, una porción de dolor y de placer que se han experimentado indecibles veces en la cadena de nuestros ancestros y que, en términos generales, tuvo el mismo decurso. Es como un lecho de río profundamente enterrado en el alma, donde la vida, que antes se extendía a tientas por amplias, pero llanas, superficies, se adensa y se precipita repentinamente al alcanzar ese particular encadenamiento de circunstancias que siempre han colaborado a la concreción de la imagen primigenia. 

   El instante en que acaece esta situación mitológica siempre se caracteriza por una especial intensidad emocional; es como si algo tocase en nosotros ciertas cuerdas que hasta entonces no han vibrado, o como si de pronto se liberasen fuerzas de cuya existencia nada intuíamos. (...)

   Toda relación con el arquetipo , ya sea vivida o meramente citada, es «conmovedora», es decir, actúa; pues libera en nosotros una fuerza más poderosa que la nuestra propia.









de 'Relaciones de la psicología analítica con la obra de arte poética' (fragmento)

en "Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia"

Carl Gustav Jung

trad. Cristina García Ohlrich

ed. Trotta (2014) 

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