sábado, 3 de enero de 2015

inercia








El hombre tiende constantemente a olvidar que lo que una vez fue bueno no tiene por qué serlo eternamente. Continúa observando los antiguos usos que antaño fueron buenos mucho después de volverse éstos malos. Solamente consigue librarse de este engaño a través de grandes sacrificios e indecible sufrimiento; sólo entonces se da cuenta de que lo que antaño fue bueno quizás ahora haya envejecido y ya no lo sea. Así ocurre tanto en cuestiones de gran envergadura como en detalles pequeños. Los usos y costumbres de la niñez, antaño tan sublimemente buenos, a duras penas pueden abandonarse incluso cuando su carácter dañino lleva tiempo demostrado. Se puede decir lo mismo, pero a escala gigantesca, de los cambios históricos de actitud. Una actitud colectiva es equivalente a una religión, y los cambios de religión constituyen uno de los capítulos más dolorosos de la historia del mundo. En este sentido, nuestra época sufre una ceguera que no tiene igual. Pensamos que sólo tenemos que declarar incorrecto e inválido un determinado artículo de fe para deshacernos psicológicamente de todos los efectos tradicionales del cristianismo y del judaísmo. Creemos en la ilustración, como si un cambio intelectual de frente tuviera, de alguna manera, una influencia más profunda en los procesos emocionales o incluso en el inconsciente. Olvidamos por completo que la religión de los últimos dos mil años es una actitud psicológica, una forma y manera definida de adaptación al mundo, que conforma un esquema cultural definido y crea una atmósfera en la que los rechazos intelectuales no influyen en absoluto. El cambio de frente es, por supuesto, sintomáticamente importante, como indicio de las posibilidades futuras; pero en niveles más profundos la psique continúa trabajando durante mucho tiempo, ajustándose a la antigua actitud, de acuerdo con las leyes de la inercia psíquica.













C. G. Jung (1865-1961)
de 'Tipos Psicológicos'
citado en "El mito de la diosa"
Anne Baring & Jules Cashford
trad. Pablo A. Torijano
ed. Siruela (2005)  



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